Buscarla unicolor (Locustella luscinioides)
La buscarla unicolor es uno de los más raros y escondidizos pájaros que ocupan los carrizales y otras formaciones de vegetación palustre de nuestros mejores humedales. Si a su discreto aspecto se suma su carácter retraído, su detección en los laberintos de carrizo resulta casi una proeza. Como ocurre con muchas de nuestras aves más esquivas, casi la única posibilidad de detectarla la proporciona su canto, que además de muy audible, resulta inconfundible, pues parece más propio de un insecto que de un pájaro.
Clasificación
Orden: Passeriformes
Familia: Locustellidae
Longitud
14 cm
Envergadura
18-21 cm
Identificación
Se trata de un pájaro de pequeño tamaño, cercano a los carriceros tanto por su aspecto como por el hábitat que ocupa, pero más discreto y difícil de observar por sus costumbres recatadas. Posee el dorso de color pardo-rojizo oscuro, mientras que en la zona ventral luce tonos ocráceos (
). La cola es relativamente larga y presenta el borde terminal redondeado. Las infracoberteras caudales muestran un tenue barreado claro, solo perceptible con buenas condiciones de luz (
).
La buscarla unicolor mueve y levanta la cola a menudo, detalle morfológico y de comportamiento que sirve para diferenciarla del parecido carricero común.
Canto
Posee un canto muy característico, como un zumbido vibrante, sostenido y largo, que se asemeja al monótono chirrido de una chicharra. Es parecido al de su pariente cercana, la buscarla pintoja, aunque más rápido y grave.