Curruca mirlona occidental (Curruca hortensis)
La curruca mirlona, la mayor de nuestras currucas, se caracteriza por su muy distintivo y melodioso canto que recuerda al del mirlo, un oscuro antifaz que contrasta con la garganta blanquecina y su robusto pico. Se trata de un típico habitante de bosques mediterráneos aclarados y cultivos arbóreos (dehesas, pinares, olivares), y, a diferencia de otros de sus congéneres, que gustan más de matorrales cerrados, prefiere moverse por las copas de los árboles y entre bosques abiertos.
Clasificación
Orden: Passeriformes
Familia: Sylviidae
Longitud
15 cm
Envergadura
20-25 cm
Identificación
Es la mayor y la más corpulenta de nuestras currucas. Tiene las partes superiores grisáceas y las inferiores blanquecinas, con tintes rosados en el pecho y más grisáceos en la parte ventral. Posee pico robusto, iris de color amarillo pálido y garganta blanca. El macho exhibe una franja oscura, casi negra, a modo de antifaz, y presenta la frente y el capirote también muy oscuros (
). Este encapuchado resulta más gris (menos oscuro) en las hembras (
) y pardo en los jóvenes. La cola es oscura, con las rectrices externas de color blanco.
Canto
Emite un gorjeo melodioso que recuerda al del mirlo común (de ahí su nombre) y se caracteriza por su timbre aflautado, su ritmo lento y su tono grave. El reclamo es similar al de la curruca cabecinegra o al chasqueo de la curruca capirotada.
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