Grulla común (Grus grus)
Las escuadras de grullas surcando los cielos, con su vuelo enérgico y sostenido y su incesante trompeteo, constituyen una imagen cotidiana y emblemática del invierno en nuestro país. Estas enormes e inconfundibles aves llegan a la Península hacia el mes de octubre, donde permanecen hasta marzo, y durante estos meses se las puede contemplar, siempre en grupos numerosos, alimentándose en dehesas y cultivos que abandonan al atardecer para acudir, agrupadas en simétricas y ruidosas formaciones, hasta sus dormideros habituales.
Clasificación
Orden: Gruiformes
Familia: Gruidae
Longitud
96-119 cm
Envergadura
180-222 cm
Identificación
La grulla común es un ave grande y esbelta, de patas y cuello largos y de coloración general gris ceniza, más oscura hacia el extremo de las alas. En los adultos destaca un penacho de plumas colgantes a modo de cola, que son en realidad las rémiges terciarias modificadas. En la cabeza, de color negro, destacan el píleo rojo y unas franjas blanquecinas a ambos lados que se extienden, a partir de los ojos, por las mejillas y el cuello (
). El pico, bastante largo y apuntado, tiene una tonalidad gris verdosa.
Los jóvenes presentan un color parduzco y carecen del diseño característico de la cabeza (
).
Las grullas vuelan con el cuello y las patas estirados (
), constituyendo bandadas que se reconocen fácilmente, no solo por la característica formación en “V” que adoptan, sino por los potentes trompeteos emitidos continuamente por todos los componentes, que pueden escucharse a considerable distancia.
Canto
Consiste en un trompeteo característico, articulado gracias a una larga tráquea varias veces curvada y alojada en la cavidad torácica, que actúa en conjunto a modo de caja de resonancia. Además, puede emitir voces más bajas y roncas, en tanto que los jóvenes producen silbidos cuando siguen a los adultos en vuelo.
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