Búho campestre (Asio flammeus)
El búho campestre, a diferencia de otros miembros de su familia, manifiesta hábitos parcialmente diurnos, por lo que no resulta raro verlo patrullar con un vuelo semejante al de las rapaces diurnas sobre marjales, baldíos, junqueras y herbazales, en busca de los pequeños vertebrados de los que se alimenta. De carácter viajero y nómada, las poblaciones reproductoras de este búho de los espacios abiertos han experimentado un considerable aumento en nuestro territorio, como consecuencia, sobre todo, de las explosiones demográficas del topillo campesino (Microtus arvalis).
Clasificación
Orden: Strigiformes
Familia: Strigidae
Longitud
33-40 cm
Envergadura
95-105 cm
Identificación
De morfología algo más estilizada que otras rapaces nocturnas, el búho campestre se caracteriza por poseer una cabeza relativamente pequeña, rematada por unos reducidos penachos cefálicos que contribuyen a descomponer la silueta del ave y que reflejan su estado de alerta. La expresión de la especie es muy característica, y en ella destacan, sobre todo, unos grandes ojos amarillos, enmarcados por llamativas manchas negras que le otorgan un aspecto ligeramente “enmascarado” (
). En el plumaje del ave dominan los tonos parduzcos y amarillentos en las regiones dorsales, y los ocráceos en las inferiores. Como en otras rapaces nocturnas, las plumas del búho campestre lucen un complejo diseño de manchas, barras y punteados, haciéndolo sumamente críptico.
Las diferencias entre ambos sexos son muy sutiles en lo que al plumaje se refiere, si bien la hembra resulta algo más voluminosa que el macho. Los jóvenes, por su parte, presentan en general tonos más oscuros.
En vuelo, el búho campestre luce unas alas largas, muy claras en su parte inferior, donde resalta una característica mancha negra en forma de coma en la zona carpal. Las puntas de las plumas primarias son negras, y tiene cola corta y con franjas (
).
De hábitos bastante diurnos, el búho campestre caza tanto desde posaderos como batiendo el terreno a baja altura, lanzándose en picado cuando descubre una presa.
Canto
El reclamo de llamada consiste en un cheh-ef, que progresivamente se acelera. El canto del macho es un ululato profundo y suave, que recuerda a las vocalizaciones de un mono: bu-u-u-u-u…