GUÍA DE AVES

Chorlito dorado americano (Pluvialis dominica)

Chorlito dorado americano (Pluvialis dominica)

Ave Ocasional

Clasificación

Orden: Charadriiformes

Familia: Charadriidae

Longitud

24-25 cm

Envergadura

5-72 cm

Identificación

El chorlito dorado americano, muy parecido a los chorlitos dorados europeo y siberiano y con un tamaño intermedio, resulta más estilizado y posee patas más largas que el europeo, del que también se diferencia por presentar plumas axilares grises, no blancas. Con el ala plegada, las primarias asoman bajo las terciarias mucho más que en el caso del chorlito dorado siberiano (se pueden ver las puntas de cuatro o cinco primarias) y las alas sobrepasan claramente en longitud a la cola (
). En los juveniles también resultan característicos un tono general más grisáceo del plumaje, menos dorado, y una lista superciliar más blanca y llamativa.

Ecología

Cría en la tundra, al norte del límite del arbolado, en áreas de vegetación corta de musgos y líquenes, mientras que inverna en pastizales de hierba corta, campos labrados, humedales, etc.

Su dieta se compone de insectos, gusanos y otros invertebrados, así como de bayas en la tundra.

Instala los nidos en depresiones someras en el suelo, entre musgos y líquenes. Pone por lo común cuatro huevos, a veces tres.

Distribución en el mundo

Se localiza en regiones árticas y subárticas de Norteamérica, desde Alaska hasta la isla de Baffin. Migra a muy larga distancia, hasta cuarteles de invierno situados en el sur de Sudamérica, entre Bolivia y la Tierra del Fuego.

Citas en España

Los chorlitos dorados americano y siberiano se consideraron hasta los años ochenta como pertenecientes a una misma especie, por lo que muchas de sus citas en Europa no están diferenciadas. El americano se presenta como divagante con mucha frecuencia, sobre todo en las islas Británicas, pero también en otros países del litoral atlántico, desde Escandinavia hasta Iberia.

Tal y como refleja el III Atlas de las aves en época de reproducción en España, en España se detecta casi todos los años, existiendo 84 registros homologados hasta 2018, los cuales se reparten sobre todo entre Galicia y Canarias. Mientras que en la generalidad de Europa los avistamientos suelen ser otoñales (septiembre – octubre), entre los nuestros más de un tercio se producen en primavera (tal vez se trate de individuos en viaje de retorno a América), y en un 75% de los casos corresponden a aves del año.

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