Pinzón vulgar (Fringilla coelebs)
Ave del tamaño de un gorrión, omnívora, gregaria y bastante acomodaticia, el pinzón vulgar resulta una de las especies más abundantes y mejor distribuidas de nuestro territorio, donde ocupa todo tipo de paisajes más o menos arbolados, desde bosques maduros a parques y jardines. Durante el invierno, la Península recibe abundantes contingentes de pinzones procedentes de otras regiones de Europa. En las Canarias se reconocen tres subespecies, de las que dos son endémicas y están severamente amenazadas.
Clasificación
Orden: Passeriformes
Familia: Fringillidae
Longitud
14-16 cm
Envergadura
24,5-28,5 cm
Identificación
El pinzón vulgar tiene el tamaño de un gorrión, del que se distingue bien por poseer tanto los machos como las hembras una llamativa mancha blanca en el hombro, la cual es muy visible en vuelo (
). Además, también al volar se aprecia otra banda blanca que cruza las alas en su parte media, así como otras dos bandas blancas más en las plumas externas de la cola.
Muestra un claro dimorfismo sexual. Los machos se diferencian por sus tonalidades salmón en el vientre, el pecho y las mejillas; su píleo y nuca reflejan colores grises-azulados (
). Además, en primavera exhiben una banda negra en la frente, justo encima de la mandíbula superior del pico, que es de base ancha y no muy largo.
Las hembras, por el contrario, presentan un plumaje dominado por tonos pardos apagados y comparten con los machos el obispillo verdoso (
).
El pinzón vulgar se puede confundir con el pinzón real, si bien este, típicamente invernante, carece de bandas blancas y luce un visible obispillo blanco.
En primavera, los pinzones vulgares son aves forestales. Los machos cantan en ramas altas de árboles o arbustos que limitan con claros del bosque o que forman parte de parques, bosques de ribera o linderos en paisajes agrarios. En cambio, en invierno se agrupan en grandes bandos y se mezclan con verderones comunes, verdecillos, verderones serranos, pardillos comunes, jilgueros, pinzones reales, etc. Buscan semillas en barbechos, cardonales, dehesas, pinares, prados de montaña, etc., y se concentran en carrizales u otras masas vegetales densas para dormir.
Canto
Este fringílido emite diferentes reclamos, según esté posado o en vuelo. En el primer caso, se trata de un fuerte y penetrante piído: chiip. En el segundo, es un suave y débil suiit. El canto del macho resulta muy característico y potente. Repite una estrofa que se inicia con una serie ascendente en intensidad (tuit-tuit-tuit-tuit…), a la que une una segunda más corta y más rápida (chot-chot-chot…), para rematar con un chirredio final y brusco.
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