Ruiseñor común (Luscinia megarhynchos)
Pájaro de plumaje discreto y que rara vez abandona la espesura, pese a lo cual resulta muy fácil de detectar por su inconfundible canto, que emite incansablemente, incluso durante la noche. Por su potencia, variedad y constancia, el canto del ruiseñor es posiblemente el más sobresaliente de entre todas las aves canoras. Frecuenta zonas enmarañadas y frescas, preferentemente en vaguadas y zonas ribereñas.
Clasificación
Orden: Passeriformes
Familia: Muscicapidae
Longitud
16,5 cm
Envergadura
23-26 cm
Identificación
El ruiseñor común es un ave estilizada, de pico fino y cola larga. Hembras y machos son iguales. Su manto y sus alas presentan un color pardo ocráceo uniforme, excepto en la cola, que posee un distintivo tono pardo rojizo (
). Las partes inferiores, mucho más claras, tienen color blanco crema.
Este pájaro, muy escondidizo, rara vez abandona la protección de la espesura de la vegetación, pero resulta muy fácil de detectar por su inconfundible canto, muy sonoro, emitido incansablemente durante el día y la noche.
Los jóvenes volantones, previamente a la muda parcial de su plumaje que tiene lugar antes de que comience la migración, exhiben un plumaje pardo que muestra plumas manchadas en su extremo con motas amarillentas. Los adultos se pueden confundir con carriceros comunes y cetias ruiseñores, con los que a veces conviven en malezas ribereñas. Sin embargo, los carriceros presentan un tono ocre más pálido y amarillento, y carecen de la cola rojiza que luce el ruiseñor común. Lo mismo sucede con el cetia ruiseñor, que además tiene una conspicua línea blanca sobre el ojo y posee unas alas y una cola cortas y redondeadas.
Canto
Los machos profieren un canto muy elaborado e inconfundible por su musicalidad y variedad. Casi siempre comienzan con piídos suaves, que van emitiendo con intensidad y frecuencia crecientes (puiii-puiii-puii-puii-puii), para a renglón seguido romper con sonoras notas. Cada nota la repiten de tres a ocho veces in crescendo, hasta que cambian de nota, o bien producen un chasquido o gorjeo con el que rematan la melodía bruscamente. El ruiseñor común canta tanto en primavera en sus zonas de reproducción, como en invierno en África. Tras llegar a los territorios de cría, los machos cantan de día y de noche. Durante el día establecen “combates” sonoros con otros congéneres de su mismo sexo, y por la noche continúan cantando, pero ya más pendientes de atraer a las hembras.
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