Pato mandarín (Aix galericulata)
El pato mandarín es originario de Asia oriental, pero su introducción en Inglaterra en el siglo XVIII y posteriores sueltas y escapes dieron como consecuencia la formación de poblaciones naturalizadas de cierta importancia en determinados países de Europa como la propia Inglaterra, Alemania o Países Bajos. En España, su presencia ha dejado de considerarse ocasional, existiendo observaciones de la especie tanto en la Península como en los archipiélagos.
Clasificación
Orden: Anseriformes
Familia: Anatidae
Longitud
41-49 cm
Envergadura
68-74 cm
Identificación
A pesar de su exótico aspecto, este pato resulta bastante familiar por ser una especie frecuente en parques zoológicos. Los machos son muy llamativos (
), mientras que las hembras, al igual que los machos en plumaje de eclipse y los jóvenes, presentan colores parduscos, muy similares a los del pato joyuyo.
Canto
De naturaleza silenciosa, el macho durante el cortejo emite un silbido agudo y ascendente («hwick»), mientras que el canto principal de la hembra es un «kett» fuerte, agudo y de una sola nota, que podría confundirse fácilmente con una focha común.